QUE SE USABA ANTES DE LA LAVADORA


La colada ha sido siempre una tarea ingrata en el mejor de los casos, y una maldición en el peor. Samuel Pepys, el gran escritor de diarios inglés, así lo afirmaba en su anotación del 4 de abril de 1666: «Cuando toca colada cenamos carne fría». Pero su descontento con la cena era una nimiedad comparado con el suplicio de lavar la ropa.
El procedimiento fue básicamente el mismo durante cientos de años, y hasta que no aparecieron las primeras lavadoras, alrededor de 1860, prácticamente toda la ropa se lavaba trabajosamente a mano. Una hora en el pilón equivalía a una hora de natación a ritmo de carrera; era un trabajo tan agotador que hoy se considera causa de numerosas enfermedades.
El mejor modo de abordar la tarea era retrasarla todo lo posible. Hasta el siglo XVIII, incluso en los hogares ricos se lavaba la ropa una vez al mes. La gente disimulaba el mal olor con perfumes y desodorantes.

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